¿Sabías que la interacción con tu hijo puede ayudar de manera significativa a su desarrollo? No hace falta que seas un experto en crianza o desarrollo infantil, con seguir algunos pasos muy sencillos al interactuar con él, será suficiente para que permitas que su cerebro comprenda el entorno y se adapte de manera óptima a él.
Investigadores de Harvard del Centro de Desarrollo Infantil, identificaron que para la arquitectura cerebral es de suma importancia servir y responder al interactuar con el bebé. Probablemente te preguntarás a qué se refieren con eso, pero es muy sencillo, guiar tus acciones poniendo el interés de tu hijo como eje central.
Para esto, nos aconsejan tomar en cuenta elementos básicos como compartir el interés con él, nombrar cualquier objeto que señale o voltee a ver, tomar turnos e identificar el inicio y término de las actividades. Esto permitirá que se genere un vínculo afectivo, tenga sentido de pertenencia y comience a explorar el mundo con tu ayuda. Logrando así, un sano neurodesarrollo.
Algunas de las acciones a considerar es observar mucho a tu hijo, saber qué le interesa, qué lo alarma. Cuando se interese por algo (lo voltee a ver o señale) no dejes pasar la oportunidad, no importa si estás de compras o en la hora de la comida; hazle saber que comparten ese interés y dale seguimiento “mira, es una mariposa. ¿te gustan las mariposas? está volando, mira como se eleva en el cielo”. Al tomar turnos, es muy importante que aprenda a esperar, permite que te observe y que al terminar, lo observes con paciencia. Por último, ayúdale a identificar cuando una actividad ha llegado a su fin, no es necesario que tú lo determines, puede ser él, sin embargo, refuerza con frases como “¿ahora quieres usar la pelota? ya no vamos a jugar con los cubos, vamos a guardarlos”. Si sigues estos simples consejos, el cerebro de tu hijo te lo agradecerá.
FUENTE: https://developingchild.harvard.edu/science/key-concepts/serve-and-return/