La lactancia siempre ha sido un elemento de la maternidad con opiniones y experiencias diversas, para muchas podrá ser una experiencia que no cambiarían por nada y para otras, un tema que genera estrés y ansiedad. La realidad es que cada quien lo vive de manera distinta, y ningún caso es mejor que otro. 

Lo que es real es que el cuerpo de las mujeres es tan sabio, que puede generar los nutrientes específicos para que su bebé crezca en tamaño en conjunto con el sistema inmunológico para protegerlo.  Pero no solo eso, sino que fortalece el vínculo entre ambos y fortalece los músculos orofaciales del bebé, que más adelante necesitará para iniciar la alimentación complementaria y posteriormente el lenguaje. 

La Organización Mundial de la Salud aconseja a las madres llevar una lactancia exclusiva (sin líquidos adicionales) durante los primeros 6 meses de vida y a libre demanda (cada vez que el bebé lo pida), y después de ese período, iniciar con la alimentación complementaria en conjunto con la lactancia hasta los 2 años de vida. 

Por si fuera poco, la lactancia también es un beneficio para la madre, ya que genera una hormona que se llama oxitocina, que algunos burdamente la conocen como la hormona del amor. Esta hormona ayuda a que la recuperación del postparto sea más rápida, disminuye el riesgo de enfermedades como cáncer de mama y de ovario así como la depresión postparto. 

Algo que para Cora y Coco es muy relevante mencionar es que, cualquiera que decidas que sea el método de alimentación de tu bebé está bien, lo más importante es que tú como mamá te informes, estés contenta, en paz y tranquila; de ésta forma tu bebé también lo estará.